Partíamos de Lanzarote con ganas de competición. Una vez superada la neumonía pude hacer unas buenas semanas de entrenamiento en Club La Santa y me veía con un punto de forma bonito para afrontar el I Can Málaga y el 70.3 de Mallorca.

De Málaga poco hay que contar, una equivocación en una de las rotondas del circuito de bici hizo que acortara más de 10 kilómetros de la primera vuelta, el problema es que no me di cuenta hasta llegar al inicio de la segunda vuelta. En esos momentos no supe muy bien que hacer, estaba claro que no debía seguir en competición, aunque nadie me mandara parar no era lo justo para mis competidores, así que decidí quedarme a esperar a Rubén Ruzafa y completar la segunda vuelta del circuito con él para así al menos realizar un buen entreno de bici. En cuanto llego Rubén me puse a su altura le comenté lo ocurrido y le dije que yo ya estaba fuera de competición. Y así finalizó mi triatlón en Málaga. Como puntos positivos me quedo con las buenas sensaciones en la natación y la bici, y sobre todo con el buen rato que pasamos con nuestros amigos durante el fin de semana.

Punto y aparte para encarar trece días más tarde el Thomas Cook 70.3 Mallorca. Pasamos unos días por casa, el tiempo no fue malo del todo y pude seguir con los entrenamientos que tenía planeados. Mucho entreno a ritmo de Ironman, sobre todo con vistas a Challenge Roth del 20 de julio por lo que me quedaba la incógnita de saber mi posible rendimiento en Mallorca, una prueba con mucho nivel en la lista de inscripción.

Con nadadores como Benjamin Sansom en la línea de salida el comienzo rápido estaba asegurado, y quizás por despiste, exceso de confianza, por falta de entrenos en esos ritmos más rápidos o una combinación de todo esto me quedé cortado del grupo de cabeza. Así que me tocó hacer la natación solo y la perdida de tiempo respecto al grupo de cabeza fue de en torno al minuto.

Foto: rafababot.com

Con esta situación de carrera sólo había una cosa que hacer, agachar la cabeza en el acople y no dejar que el ritmo inicial bajara de los 320 watios. Y así y con la referencia del que a la postre sería ganador Andreas Dreitz enlazaba con el grupo de cabeza antes de iniciar la ascensión hacia Lluc. En la subida me encontré con fuerzas y me pareció un buen momento para tensar la goma y tratar de hacer una selección en el grupo, apreté en la subida y tras coronar y realizar la divertida bajada a Caimari ya quedábamos menos en el grupo de cabeza. La última parte de llano la hice más cómodo, la primera hora de carrera (a 332 watios normalizados) me dejó con la sensación de haber quemado un buen cartucho y si bien aún me encontraba con fuerzas me tomé los kilómetros finales con más calma. El ritmo decayó un poco y Drietz se nos iba a los seis minutos de ventaja. Por detrás nos cazaba Bart Aernouts con lo que el podio se ponía cada vez más difícil.

Foto: rafababot.com

Llegamos a la T2 y a diferencia del año pasado fui de los más rápidos en ponerme a correr, y hasta aquí la mejoría respecto al año pasado, si en el 2013 volé sobre este circuito este 2014 mas bien me arrastré, aguanté una vuelta con Aernouts y Raelert pero a partir de ahí empecé a perder ritmo y a correr cada vez con más dificultad. Los últimos kilómetros conseguí mantener mi cuarto puesto ante Ivan Raña que venía cada vez más cerca. Así que cuarto en meta,  buenos puntos para subir al 15º lugar del Kona Pro Ranking y buenas referencias para seguir mejorando en las próximas semanas. Próximo objetivo 70.3 de St Pölten Austria el 25 de mayo.

Foto: rafababot.com