Llegábamos a Melbourne desde Abu Dhabi cansados y con un jetlag que nos dejó medio KO durante la primera semana. Fuimos haciéndonos al nuevo horario a base de muchas horas de sueño y ligeros entrenos para mantenernos en activo. Durante la segunda semana ya pude ponerme con los entrenos al 100% y aproveché a meter algunas buenas sesiones de calidad y algunos entrenos de volumen. Para cuando nos quisimos dar cuenta la semana de la competición se nos había echado encima y comencé con la puesta a punto.

El día de la carrera me levanté descansado, a diferencia de Abu Dhabi pasé una buena noche y me encontraba animado para competir. No empezamos muy bien el día ya que perdimos el autobús que la organización había preparado a los pros por un minuto, por suerte no hubo problema para coger el autobús de las 5:30, aún quedaban casi dos horas para la salida. Una vez en boxes preparé todo el material y me junté con Rut para estar tranquilo los momentos previos de la carrera. Por los altavoces Mike Reilly anunciaba los primeros cambios, se retrasaba la salida casi una hora y por el mal estado de la mar el circuito de natación se dejaba en una vuelta. Según iba amaneciendo pudimos comprobar desde la orilla que la mar estaba bastante rizada y que nos esperaba una natación cuando menos divertida.

Photo: www.enekollanos.com

Finalmente llegó el momento de la salida y nos lanzamos al agua, primeros metros al resguardo del espigón sin demasiados problemas, pero en mar abierto las olas dificultaban bastante el avance y entre bote y bote, ola y ola intentaba dar alguna buena brazada que me mantuviera en movimiento. Eran condiciones difíciles pero sin duda creo que no hubiese sido demasiado problemático para los pros hacer el circuito entero, al fin y al cabo el triatlón es natación en aguas abiertas y saber defenderse en estas situaciones es parte del juego. Aún así también entiendo el recorte de la natación por razones de seguridad pensando en los grupos de edad, mas cuando entre los más de 2000 inscritos había 700 debutantes.

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En los metros finales pillo una buena ola que me lleva casi hasta la orilla, miro hacia los lados he nadado bien y estoy en el grupo bueno,  salimos hacia la transición tras escasos 20’ en el agua.

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Tras coger la bici pedaleo en solitario durante los primeros kilómetros, una transición lenta me ha hecho perder tiempo, por delante se rueda fuerte y tengo que aplicarme para no perder referencias y recortar segundos para entrar en el grupo. Llega Marino Vanhoenacker por detrás y finalmente llego hasta el grupo de cabeza. El viento pega fuerte en la ida, rodamos por una autopista bastante expuesta y aunque no hay apenas desnivel la velocidad no es demasiado alta. Todo lo contrario pasa cuando damos el giro de vuelta en el kilómetro 45, ahora con el viento a favor se vuela y sin apenas esfuerzo rodamos a más de 60 km/h, hago prácticamente toda la vuelta hasta Frankston tirando, sin tener sensación de forzar a un ritmo cómodo pero aún así veo que en ocasiones abro hueco con el grupo. Encabezo la carrera al paso por la primera vuelta en el kilómetro 90, con el giro de nuevo encaramos el viento y poco antes de volver a entrar en la autopista viene el esperado ataque de Marino. Intento seguirle pero va abriendo hueco, Craig Alexander acelera el ritmo pero es inevitable ver como Marino poco a poco va ganando segundos y se pierde al final de la carretera. Esta subida de ritmo hace que en el grupo perseguidor seamos cada vez menos y prácticamente en el giro del kilómetro 120 nos quedamos solos Clayton Fetel, Craig Alexander y yo. Craig va fuerte en bici, Clayton no muestra debilidades pero yo empiezo a ir más tocado de piernas. Por momentos me encuentro algo mejor y paso a cabeza de grupo pero ya estamos todos más preocupados en la maratón que nos espera y en los 5 minutos que nos saca Marino.

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Dejamos la bici y salgo primero con ventaja de la transición. Ponerse los calcetines en la T1 tiene su inconveniente pero en la T2 todo son ventajas. Los primeros kilómetros son fáciles, el ritmo que llevo es bueno y la primera parte del circuito es divertida con algunos tramos de tierra y el paso por el pueblo de Frankston. A partir del km 5 se entra en “Nepean Highway” y hasta el kilómetro 18 todo es una recta muy llana en la que nos pega el viento frontal. Por detrás oigo los pasos de Craig, en unos momentos lo tendré encima, no veo señales de Clayton Fetel, pienso que el pódium está prácticamente conformado, tan sólo faltan por determinar las posiciones. Me preparo para la llegada de Craig, su ritmo es un puntito superior al mío pero no dudo en seguirle.

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A pesar del viento en contra estamos corriendo a 3’50” el kilómetro, empezamos a recortar algunos segundos a Marino pero las referencias se quedan estancadas en la barrera de los 4 minutos. Hemos bajado algo el ritmo y tanto cabeza de carrera como nosotros estamos corriendo a la misma velocidad. Veo que el pulso me ha bajado bastante, siento que tengo un puntito más que dar y tras abandonar Nepean Highway y empezar a correr al lado de la playa hacia el kilómetro 19 vuelvo a nuestra velocidad inicial. Aquí es más difícil llevar el ritmo, subidas, giros y cambios de superficie hacen la carrera más lenta pero sigo con un ojo en mi pulso y me mantengo en torno a las 150-155 pulsaciones. Craig se empieza a quedar antes de llegar al kilómetro 20, esto me da un punto extra de motivación y aún con el miedo de la petada que pueda llegar en los kilómetros finales ya sólo pienso en una cosa, alcanzar a Marino.

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Me meto en mi ritmo, me centro en la respiración, auto habla positiva, correr relajado, suelto…  voy arañando segundos, pronto me coloco a menos de 3 minutos de cabeza de carrera, con cada kilómetro me voy creciendo. Me vienen a la cabeza los malos momentos que pasé el año pasado en esta maratón, las piernas no querían correr más, iba totalmente atascado y cada kilómetro parecía un mundo. Que diferencia con lo que siento ahora, lleno de energía, muy entero muscularmente y disfrutando de correr. Sigo recortando segundos, buenas noticias, aún así cada vez me queda menos terreno, va a estar muy justo, trato de hacer cálculos mentales pero lo dejo, simplemente trato de mantener el foco en lo que importa, correr. Esta es la parte más complicada de la maratón entre el km 25 y el 35, los repechos son más constantes, trato de no subir mucho la intensidad en las subidas y correr suelto en los tramos más favorables. Las referencias con respecto a Marino siguen bajando, ya son menos de dos minutos y en una de las zonas más despejadas de la carrera le veo al fondo, primer contacto visual, bien, esto marcha y cada vez me animo más. Menos mal que ahí de vez en cuando veía a Rut animándome y al miso tiempo diciéndome que mantuviera la cabeza fría, y así lo hago, sigo muy centrado y no dejo que la emoción me afecte más de lo necesario. Ya estoy a menos de un minuto, y mantengo el ritmo, ahora en los últimos kilómetros voy incluso más rápido, el recorrido es más llano y el viento nos ayuda ahora un poco. Llegando al kilómetro 35 estoy casi encima de Marino, me tomo un pequeño respiro, los últimos segundos se los recorto muy poco a poco, aprovecho para recuperar un poco y hacia el km 37 le paso, no le miro no le doy una palmada en la espalda, no me parece el momento, sinceramente sólo quiero pasarle y ver como se queda atrás, cosa que sucede, me pongo líder y no tengo resistencia. Hago un auto chequeo, todo en orden, voy muy bien pero no me hago ilusiones aún quedan algunos kilómetros, he de mantener el foco como lo había hecho hasta ahora. Tengo la victoria al alcance pero decido mantener la cabeza fría y dejar fuera las emociones hasta el último kilómetro, nunca se sabe lo que en los últimos metros de un Ironman puede pasar. Por fortuna nada malo pasa, me estoy acercando a la línea de meta y el público es cada vez más numeroso, empiezo a chocar las primeras manos y ahora ya si dentro del último kilómetro libero toda la emoción, grito, levanto los brazos, saludo al público y gozo de este momento.

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Enfilo la recta de meta, esto está hecho, increíbles sensaciones, me emociono muchísimo y más cuando cruzo la meta y me abrazo a Rut, este triunfo es de los dos, pero por supuesto también de mi familia, mis amigos, patrocinadores y toda la gente que nos sigue y nos apoya, lloramos de alegría, ¡¡Ganador del Ironman de Melbourne!!

Photo: Delly Car