El Ironman de Frankfurt no entraba en mis planes al inicio de temporada pero tras el mal sabor boca que me dejó Texas tenía ganas de volver a probarme e ir despejando algunas dudas antes de encarar la segunda parte de la temporada enfocada a Kona.
Llegaba a Frankfurt relajado, tranquilo, con la intención de probar una estrategia nutricional nueva, ver hasta donde me llevaba y como reaccionaba mi cuerpo, todo esto con ganas de disfrutar de la competición, objetivo principal en mi forma de plantearme el triatlón como modo de vida.

Llegada al lago y anuncian que los profesionales nadaríamos sin neopreno, escalofríos ya en el cuerpo, yo no llegué a pasar frío en el agua pero si al inicio de la bici, por suerte le di la vuelta enseguida, entré en calor y pude continuar con buenas sensaciones desde los primeros kilómetros.

Una vez atrapado el grupo de cabeza y esperando a la reacción de los mejores ciclistas fui entrando en carrera llegando a la segunda vuelta del ciclismo animado y esperando la llegada de Kienle. Aguantar sus arreones fue duro pero me sentía capaz de seguir el ritmo que marcaban tanto él como Bocherer y vi que mucho se me tenía que torcer la cosa para no bajarme de la bici con ellos. Y así fue, entrada a boxes tras los dos alemanes y la multitud de cámaras y periodistas que les estaban esperando. Me bajé de la bici con la espalda doblada, ya llevaba unos días tocado de las lumbares, molestias que desde luego con 180 kms a mas de 42 de media no iban a mejorar.

No corro mal al inicio de la maratón e incluso una vez pasado el dolor de la espalda me empiezo a soltar y a correr un poco más fluido a un ritmo decente, pero llegando al kilómetro 11 estoy tan vacío y con tanta hambre que me paro en el avituallamiento a beber coca cola y comerme una barrita. Ahora al menos ya se por donde está mi límite inferior en cuanto a necesidad de carbohidratos en carrera, me quedé corto (en parte debido al fuerte ritmo sobre la bici) y lo estaba pagando. Tres largas vueltas, más de 30 kilómetros por delante y casi que no me podía ni mover en esos momentos.

Toca tirar de recursos mentales, ir de avituallamiento en avituallamiento y esperar a que las barritas, coca cola y geles que voy engullendo empiecen a hacer efecto. Me lleva un rato volver a carburar, tanto que pierdo el tercer puesto en la segunda vuelta, pero no cedo en mi empeño en seguir corriendo y poco a poco recobro energías y hacia el km 30 de la maratón empiezo a correr a buen ritmo, con buenas sensaciones, todo lo buenas que se pueden tener a esta altura de carrera, empezando a recortar tiempo a Marko Albert para finalmente pasarle y acabar la carrera en el tercer puesto de este Campeonato de Europa de Ironman.

Foto: Ingo Kutsche.

Feliz de volver a cruzar la meta en un Ironman y poder dedicar mi esfuerzo a Rut y Jon primeramente y a todos los que me seguís y apoyáis de una manera u otra. Feliz también con mi rendimiento en bici, este año creo que estoy un poco mejor o al menos con mas confianza en mi segmento ciclista, y eso está saliendo en competición. No tan feliz con mi rendimiento en la carrera a pie, se que puedo correr mejor, lógicamente el ir más rápido en bici influye en el rendimiento en la maratón pero aún así todo no estoy corriendo bien en los Ironman, pero esto me lleva al otro punto por el que estoy contento con mi prueba en Frankfurt y es que ya atisbo una salida a mis problemas estomacales de las últimas pruebas, que creo son el principal problema de mi bajo rendimiento en la carrera a pie.

Foto: Ingo Kutsche.

Queda seguir disfrutando del descanso unos días mas y en breve empezar a planificar las semanas de entrenamiento que quedan hasta Kona y buscar mejorar mi rendimiento del año pasado allí. Hay ganas y fuerzas.

Y a partir de aquí me pongo con la parte técnica, solo recomendada para flipatletas 😉 yo lo soy y a mucha honra.

Natación: el agua fresquita y el ambiente también, calenté con gomas fuera y no me metí al agua a calentar, hubiese sido el camino directo a la hipotermia. “Traje trampa” HUUB SKN1, y el mono Aerosleeve de Spiuk recogido por dentro, me queda probar en piscina la influencia de las mangas en la velocidad de nado, pero por el momento preferí nadar con el mono dentro del traje HUUB.
Me quedé unos segundos del grupo de cabeza, el nivel de natación considero que era alto. Para Kona tengo que mejorar las prestaciones en el agua para asegurar estar en el grupo de cabeza.

Bici: La Aerolight sigue como la he estado usando toda la temporada y sigue dándome alegrías en cada carrera. Mucha confianza en esta bici, e incluso en el terrible tramo de pavés parecía que estaba en su salsa.
268 watios de potencia media y 288 de potencia normalizada. Una de las medias más altas de mis últimos Ironman. Tengo un pico de 2’ de potencia a 430W, el de 5’ a 382W y el de 20’ a 339W. La mejor media en 60’ me salió a 305W que es mi ritmo más habitual en medio Ironman que en estas distancias, así que si forcé un poco más de la cuenta en bici y también pagué en parte ese esfuerzo en la carrera a pie, pero creo que son cifras en las que me tengo que mover y ser capaz de correr rápido a continuación.

«En bici con los Panzers alemanes» en Strava.

Carrera: En cuanto al material igual que en la bici sin variaciones, Salming Speed en los pies, y con unas ganas tremendas de cuadrar una buena maratón con ellas.
Hice un primera vuelta decente a ritmo de 4 min/km, segunda vuelta con paradas en los avituallamientos se me fue a 4’18” aprox de media, la tercera fue la peor vuelta sin duda corriendo a una media de 4’45”, y ya recuperando hacia el final de la tercera vuelta para correr con mejores sensaciones más cerca del 4’10”.

Ahora mismo la maratón es mi asignatura pendiente, cuando antes era mi mejor baza, volver a correr una maratón buena de principio a fin será mi principal objetivo en Kona.