Mi Ironman de Texas 2016 iba por buen camino hasta el kilómetro 15 de la maratón, al igual que en mis recientes Ironman fue el punto fatídico donde todo se torció y me quedaba sin de opciones de pelear por un puesto de podio. Hasta entonces no estaba siendo una carrera perfecta, como ya he comentado en otras ocasiones, casi ningún Ironman sale perfecto, pero estaba lidiando correctamente con las circunstancias de carrera adaptandome en todo momento, encontrando la solución adecuada a cada situación y manteniendo la concentración en el momento.

Por ejemplo en la natación, he de reconocer que me despisté y me confié en algunos momentos pensando que estaba en el lugar correcto hasta ir dándome cuenta que estaba muy a cola de un grupo de cabeza que iba perdiendo unidades hasta que finalmente fui yo una de esas unidades perdidas. La reacción correcta fue seguir nadando a mi ritmo, concentrado en mantener una frecuencia de brazada adecuada y una «técnica» lo más efectiva posible teniendo en cuenta los mas de 3000 metros que ya llevábamos encima. El resultado fue salir a 30″ del grupo cabecero, no lo ideal pero una perdida asumible y recuperable en la bici.

Misma tónica en el inicio de la bicicleta, concentración en mi ritmo, mi pedalada y mi carrera, precaución y mucha atención en las miles de curvas, cambio de carretera, cambios de asfalto, pasos a nivel y zonas de obras que componían el circuito ciclista para finalmente empalmar con el grupo y poder tomarme unos kilómetros de respiro. Volvía a estar en carrera y con todas las opciones intactas. Los siguientes kilómetros siguieron la misma línea pero añadiendo otro punto de atención que era el de mantener escrupulosamente los 12 metros reglamentarios de la zona de drafting, cosa nada fácil dadas las características del circuito con continuos cambios en las carreteras que hacían variar constantemente el ritmo del grupo. Adelantar a un triatleta suponía tener que adelantar a todo el grupo con el reglamento actual y con la situación actual de la carrera, un esfuerzo considerable para conseguir una ganancia cuestionable.

Así que esperé el momento adecuado, cuando otro gran grupo estaba apunto de conectar desde detrás, la carretera ya se despejaba y aparecían las largas rectas fue cuando hice mi movimiento, para lo que tuve que rodar fuerte durante un buen rato para adelantar a todo el grupo, un esfuerzo considerable a esas alturas de la bici, pasando al segundo puesto general de la carrera (Starykowicz iba por delante en solitario) y una vez estabilizado mi ritmo a algo más sostenible traté de abrir un hueco antes de acabar los 150 kilómetros (en vez de los 180 habituales, acortado el circuito por problemas en las carreteras) de bici. Mi jugada no tuvo éxito y a pesar del ritmo que marcaba Jordan Rapp en la parte final de la bici el grupo no se rompió y la llegada a la transición auguraba una maratón muy peleada. Por delante Starykowicz nos llevaba un mundo pero no duró mucho corriendo y se retiraría antes de finalizar la primera vuelta de la carrera a pie por lesión.

Así las cosas empecé a correr con buenas sensaciones, cómodo a pesar del ritmo un pelín elevado que se marcaba al inicio. Primeros 5 kilómetros hasta estabilizarme y poner ritmo crucero, llego bien al 10, hacia el 13 empiezo a ver que algo no va bien, en el 14 ya veo que algo va mal y en el 15 empiezo a bajar el ritmo y a tener problemas de estómago. La tripa se me hincha, tengo flato y no puedo mantener el ritmo. Sensaciones familiares, me está pasando en los últimos Ironmans. Me enfrentaba a esta prueba con una nueva estrategia hidronutricional pero no estaba dando resultado. ¿Habrá sido el exceso de ritmo inicial? ¿Falta de adaptación al calor? ¿Algún problema con la nutrición en carrera? ¿Algo que mi cuerpo ya no es capaz de asimilar? Aún no se que causa esta situación pero es frustrante llegar a este punto en un Ironman cuando aún quedan más de 25 kilómetros por delante. La estrategia cambia a partir de aquí, hay que tomar la mejor decisión posible, bajo el ritmo, ya no miro el GPS pero voy lento de narices, trato de no darle importancia, mi objetivo más básico en esta prueba era acabar asegurando así la clasificación para Kona, y acabar y lo más rápido posible era lo que quería hacer en esos momentos. Para acabar rápido a veces hay que ir despacio, paso a paso de avituallamiento en avituallamiento fui superando kilómetros y acercándome más a la meta, por momentos con buenas sensaciones por momentos con sensaciones horrorosas pero siempre en movimiento aunque fuera andando, hasta por fin alcanzar la ansiada meta en 13ª posición.

Al cruzar la meta en mis pensamientos Rut y Jon, sabía que Rut lo estaba pasando casi peor que yo siguiendo la prueba desde la distancia, tenerles en mi mente y en mi corazón en todo momento me ayuda siempre a seguir adelante.

Gracias a todos los que de una manera u otra me seguistéis durante esos días, los mensajes de ánimo y las felicitaciones se agradecen enormemente y no siempre se pueden corresponder, sirvan esta palabras para compensaros esos momentos de vuestro tiempo que algunos me dedicáis.

Y por supuesto agradecer a mis sponsors la confianza y la ayuda que me prestan, espero corresponderles con un Ironman como el que creo que aún tengo en mis piernas y brazos.