7:30am Playa de Alcudia. Aún no era my consciente de lo que tenía por delante. Un 70.3, uf… desde el Ironman de Melbourne llevaba unas cuantas semanas entrenando bien pero relajado al mismo tiempo, tenía por delante competiciones motivantes, importantes (todas lo son al fin y al cabo) pero la sensación era extraña. Venía a Mallorca a competir en mi primer 70.3 oficial, un poco cansado físicamente y con la incertidumbre de lo que el día podría deparar. Pero sin descartar nada, y sobre todo con ganas de disfrutar compitiendo y centrado en que mi cuerpo y mi mente una vez más hicieran el trabajo.
Puntualidad «germánica», a las 8am en marcha. Desde las primeras brazadas el ritmo es vivo, me encuentro bien en los primeros metros, pero el grupo se estira y hacia el final de la natación tengo que concentrarme para no quedarme cortado, muchos y buenos nadadores en este 70.3.
Salgo del agua con esta pinta de Papapitufo, no os riais el gorro es más hidrodinámico así 😉 a cola del grupo, me enredo más de la cuenta en la transición y tengo que hacer los primeros kilómetros de la bici en modo de caza para llegar al grupo de cabeza.
Este es el paso por Inca, venimos de hacer la subida a Femenia y la bajada desde la zona de Lluc a Selva. Un tramo espectacular del circuito. A partir de aquí empieza la parte más llana y rápida, quedan unos 45 kilómetros a meta, no voy super en bici, las piernas cansadas y pesadas, me limito a rodar de forma limpia y legal en este grupo que no se rompería en lo que quedaba de bici, excepto el americano Starykowicz que marchaba en cabeza en solitario el resto de favoritos estábamos juntos.
De nuevo pierdo comba en la transición, algunos valientes salen a la carrera a pie sin ponerse calcetines, algo impensable para mi, tengo pies delicados, pierdo unos segundos preciosos, al igual que en la bici salgo a correr en modo de caza…
Un paseo marítimo de tartán azul, ¡toma ya! Se corre a gusto por aquí ¡y muy rápido! Los primeros kilómetros entre 3’12» y 3’15», los dos de cabeza van como tiros pero les mantengo la referencia, quedan muchos kilómetros. Paciencia y confianza en mi mismo, son la clave en estos momentos.
Segunda vuelta y me estoy viniendo arriba, los ánimos del público mallorquín me dan el subidón definitivo, si en algún momento pensaba que estaba corriendo en Alemania el calor y apoyo mallorquín me devuelven a esta tierra mallorquina maravillosa, voy embalado y recortando segundos poco a poco. ¿Petaré? ¿Aguntaré hasta el final? Tengo dudas, pero me encuentro bien y no bajo el ritmo, cada vez tengo más cerca a Andreas Raelert y Bart Aernouts.
Inicio de la tercera vuelta, cojo a los dos de cabeza, me tomo un pequeño respiro pero sin pensarlo dos veces arranco y tomo el liderato, full gas, ya no hay marcha atrás, subo el ritmo, Andreas cede enseguida, Bart aguanta, paciencia una vez más, pasan 500 metros, noto su aliento,un kilómetro ya no oigo sus pasos, kilómetro y medio ¡he abierto hueco! Me voy poco a poco, voy metiendo segundos, pero sigo controlando, cabeza fría, hay que llegar hasta la meta. Mucha más gente animando, por primera vez en todo el día pienso que la victoria es posible.
Recta final, me tomo un respiro, disfruto los últimos metros… ¡¡y estallido de alegría!! Cojo la cinta de meta con rabia, no se de donde sale, quizás de la incertidumbre antes de la carrera, de las dudas que siempre se tienen, de la inseguridad que a veces sufrimos… he podido con ello, he esperado paciente mi momento, sin las mejores sensaciones en muchos momentos pero estando en carrera y sin tirar la toalla. Emoción al abrazarme a Rut, una vez más ha sido un trabajo en equipo ¡y un triunfo en equipo!
Dos buenos rivales, segundo puesto para Bart Aernouts y tercero para Andreas Raelert. Me quedan muchas batallas con estos dos grandes por delante.
¡¡Felices!!
Y a seguir disfrutando de Mallorca ahora por unos días. Próxima parada 70.3 de St Pölten en Austria el 26 de mayo.